En la ciudad de Kawasaki, en la prefectura de Kanagawa, una enfermera japonesa de 24 años que trabajaba en el Hospital General Asao fue arrestada por robar la información de la tarjeta de crédito de un paciente anciano y usarla ilegalmente.
La enfermera, Yuka Ito, tomó una foto de la tarjeta de crédito de un paciente de más de 80 años con su teléfono móvil en la habitación del hospital y obtuvo el número y la información de la tarjeta.
Usó esta información para comprar productos de ídolos y otros artículos en línea, gastando un total de aproximadamente dos millones de yenes (alrededor de 15,000 dólares estadounidenses).
Se sospecha que continuó usando la tarjeta incluso después de la muerte del paciente.
Ito admitió el crimen y dijo que tenía deudas y dificultades económicas.
El problema de este caso es que el personal del hospital, que debe proteger la información y la vida de los pacientes, traicionó esa confianza.
En resumen, para que los estudiantes de secundaria lo entiendan fácilmente:
- Una enfermera tomó una foto de la tarjeta de crédito de un paciente anciano y la usó para comprar cosas sin permiso.
- Gastó alrededor de dos millones de yenes (unos 15,000 dólares) y siguió usando la tarjeta después de que el paciente falleciera.
- Dijo que lo hizo porque tenía problemas económicos.
- Robar y usar la información de otras personas es un delito y nunca debe hacerse.
- Este delito ocurrió en un hospital, un lugar que debería ser seguro y digno de confianza.


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